Evangelio del día – ¿Cómo podemos reconocer la voz de Dios?

Versículo de la Biblia sobre evangelio de Hoy

“Mis ovejas oyen la voz mía; y yo las conozco, y ellas me siguen;” (Juan 10:27).

Reflexion del evangelio de hoy

El Señor dijo: “Mis ovejas oyen la voz mía; y yo las conozco, y ellas me siguen;” (Juan 10:27). El regreso del Señor Jesús es expresar Sus palabras y buscar Sus ovejas. Esperamos la venida del Señor, lo más importante es que deberíamos buscar la voz del Señor. Entonces, ¿cómo escuchamos la voz del Señor? ¿Cómo distinguimos la voz de Dios y la del hombre?

¿Cómo oímos la voz de Dios? En esta cuestión, no importa la magnitud de nuestro calibre ni lo dilatada que sea nuestra experiencia. Al creer en el Señor Jesús, ¿qué sentimos cuando oímos muchas de Sus palabras? Aunque no tengamos experiencia ni conocimientos de las palabras del Señor, en cuanto las oímos, sabemos que son la verdad y que tienen poder y autoridad. ¿Cómo surge ese sentimiento? ¿Lo genera debido a nuestra experiencia? Es el efecto de la inspiración y la intuición. Esto basta para demostrar que las personas con corazón y espíritu pueden sentir que las palabras de Dios tienen poder y autoridad. Eso es oír la voz de Dios. Así es exactamente. Además, la mayor diferencia entre la voz de Dios y la del hombre es que la voz de Dios es la verdad y tiene poder y autoridad, podemos sentirlo en cuanto la oímos. No importa si podemos expresarlo con palabras, el sentimiento es claro. Es más fácil distinguir la voz del hombre. En cuanto la oímos, sentimos que es comprensible y accesible. No sentimos el menor poder ni autoridad en las palabras del hombre, y menos aún podemos confirmar que sean la verdad. Esa es la mayor diferencia entre las palabras de Dios y las palabras del hombre. Por ejemplo, vemos que las palabras del Señor Jesús tienen poder y autoridad.

Nada más oírlas ya podemos confirmar que son la verdad, que son profundas, misteriosas y que sobrepasan la medida del hombre. Fijémonos en las palabras de los apóstoles en la Biblia. Aunque la mayoría nacieron de la iluminación del Espíritu Santo, no tienen autoridad ni poder. Simplemente son palabras correctas, no son más que palabras que benefician a la gente. Hablemos también de esto. ¿Puede algún hombre pronunciar las palabras que expresó el Señor Jesús? Ninguno podría. Esto acredita que las palabras del Señor Jesús son la voz de Dios.

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